Madrid
En 1986 Blanch regresa a Madrid para instalarse definitivamente. Compra un estudio en la calle Velázquez 97, 3ºD , que destina también a vivienda, y donde se instala con Ninona. Retoma así un vínculo que anteriormente a 1960 había sido intenso con la capital y cierra de este modo el círculo vital aproximándose a sus hijas y a los de su pareja que viven en Madrid.
Inicia su último ciclo creador, de 13 años, en los que realiza retratos con modelos profesionales entre 1986 y 1994 y algún paisaje, aunque en menor medida. Elementos urbanos de la capital, de la Granja en Segovia y también algunos paisajes manchegos con campos de cereales.
Pero cada vez va tomando más fuerza el bodegón como elemento de creación.
Entre 1987 y 1995, el pintor organiza cinco exposiciones individuales. Las dos últimas curiosamente en las que habían sido las más importantes galerías en su carrera como pintor. En la Galería del Cisne de Madrid en mayo de 1994, y la que presenta en la Sala Parés en 1995, la última de su vida.
Su actividad creadora no cesa, pese a la edad y a la enfermedad que lo acorrala en los últimos años de su vida. Una dolencia pulmonar, consecuencia de la tuberculosis que padeció durante la guerra civil, va minando poco a poco su salud. Pese a todo, el carácter positivista y sus ganas de vivir lo hacen enfrentarse con buena disposición a la enfermedad.
Se centra en los bodegones. Plantas y palmeras, centros florales, abandonando para siempre los retratos femeninos. Repite la misma temática en sus obras. Sillas de mimbre, mesa, vajillas y frutas fijan su atención.
el 21 de marzo de 1999 fallece, y sus cenizas son entregadas al Mediterráneo en Cadaqués.