Barcelona

En la Ciudad Condal es donde Blanch comienza a pintar siendo un niño y al lugar donde regresará en varias ocasiones a lo largo de su vida.

Es en 1959, cuando tras separarse de su primera mujer, abandona Madrid para regresar a Barcelona, instalando su estudio y domicilio en un piso que tenía su nueva pareja ( Ninona Hospital)  en lo que se conocía como “La puñalada” nº 106, en el paseo de Gracia esquina Diagonal. Un estudio que se comunicaba con el de su suegra, y cuya puerta de unión cerraron.

Blanch pintaba en este estudio durante el día, pero por la noche se iba a dormir a casa de su madre.


A su regreso de Roma, y  una vez afincado en Peralada, Blanch se traslada con asiduidad a Barcelona al domicilio de su madre   entre 1973 y 1986.  Allí ejecuta hermosos retratos.  Una casa propiedad de su hermano Alberto, ya que la madre de ambos había fallecido en 1978.


En 1976, recibe un encargo muy especial de Juan Antonio Samarant, el que años más tarde sería presidente del Comité Olímpico Internacional.  Le pide que pinte un Sant Jordi para el Palau de la Generalitat. Esta obra de gran formato la ejecuta en casa de su madre, en Barcelona.    Xavier -que es un agnóstico convencido-, representa a un joven y atlético San Jordi con la Sierra de Montserrat al fondo, y una doncella sentada a sus pies entre flores. La pintura, de 195 x 130 cm, se encuentra actualmente presidiendo el comedor de la residencia del President de la Generalitat, en Barcelona.


Otra de las grandes amistades que Xavier cultiva con devoción en esta época es con Josep María Mallol Suazo. Siempre que viajaba de Peralada a Barcelona subía a hacerle una visita.


La  mencionada casa materna, y al mismo tiempo improvisado estudio barcelonés, se encontraba en la Avenida Diagonal nº 363, entre Pau Claris y Laurea. Tenía un pequeño patio en el centro. Era muy grande y contaba con espaciosos salones donde pintar, que no se utilizaban para otra cosa. El mobiliario de estilo modernista es reflejado en multitud de retratos que el pintor realiza en esta casa. Son elementos recurrentes en sus obras el tocador con espejos, las sillas ovaladas, el comedor, etc. 



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